¿Qué es la masonería?
¿Qué es la Masonería o la Francmasonería? No es fácil responder a esta pregunta y es que, ante su aparente sencillez, la respuesta a ella depende de la intención de quién la hace, y por tanto se puede encerrar en esta cuestión una carga afectivo-emocional o socio-religiosa con todos los tabúes políticos y raciales que todavía persisten en nuestros días. Como primera medida de aproximación, el DRAE nos ofrece una escueta definición acerca del objeto central de este estudio:
Sin embargo, esta definición no ha sido -ni es- aceptada por toda la sociedad. Existe una inmensa multitud de autores, expertos y/o personajes de la escena mediática, que han dado su opinión acerca de la Masonería de una forma pública.
Ante el inmenso abanico de declaraciones que podemos encontrar en los diversos Medios de Comunicación y que –por consecuente- ayudan a formar la Opinión Pública de la ciudadanía, vamos a analizar las declaraciones de distintas personas:
En primer lugar, nos encontramos con una definición que va en sintonía a la propuesta por el DRAE, pero que en esta ocasión se le otorga al masón y presidente de la Log. Renacimiento N.º 54, Manuel Souto Pardo, quien ha declarado para el diario digital La Voz de Galicia que:
“La masonería es una sociedad discreta, nunca secreta, pues si así fuera no se conocería su existencia”. (Fuente: http://cort.as/eFu8)
Por otra parte, tenemos el testimonio de Serge Abad-Gallardo, un ex masón francés autor del libro Por qué dejé de ser masón, quien, en una entrevista publicada por el diario El Confidencial, califica a esta institución como elitista:
“Yo no he encontrado obreros en la masonería en 24 años, es un poco elitista”. (Fuente: http://cort.as/eFvO)
Manuel A. de Paz Sánchez, en el Ciclo de Conferencias organizado por la Sociedad de Desarrollo de Santa Cruz de Tenerife en septiembre de 2014, nos relató de una forma más extensa lo que para él es la Masonería:
“La Masonería es una organización que tiene sus orígenes más recientes, desde el punto de vista histórico, en Inglaterra a finales del siglo XVIII, pero cuyos orígenes remotos se vinculan a la función de la construcción de edificios, especialmente de catedrales. Esto se realiza durante la Edad Media, y eran albañiles, o digamos arquitectos francos o libres, con libertad para circular de una comunidad a otra, de ahí que se llamen francmasones -albañiles libres-”.
Pero, como ya se adelantaba al inicio de este post, no todas las opiniones son pro-masónicas, y son numerosas las personas que no dudan en manifestarlo. En 1952, fue el propio Francisco Franco –personaje del que estudiaremos en profundidad su relación con la Masonería en capítulos posteriores- quien publicara más de 30 artículos bajo el pseudónimo de Jakim Boor en el diario Arriba (órgano periodístico oficial de Falange Española), en donde cosifica a la Masonería como un simple “producto inglés” cuyo objetivo era el de promover “minorías políticas sectarias”. Además, en uno de sus artículos –recopilados hoy día en un libro titulado Masonería y que la Logia Obradoiro n.º 1732 (Vigo) ha puesto a disposición de todos los internautas, podemos leer cómo Franco atribuye a los masones una gran lista de actos delictivos tales como:
“La quema de iglesias y conventos de mayo de 1931, la expulsión de la Compañía de Jesús, así como anteriormente la de las Órdenes religiosas y la incautación de sus bienes en el pasado siglo por el masón Mendizábal; los asesinatos de Melquíades Álvarez, de Salazar Alonso, de Abad Conde, de López Ochoa, de tantos y tantos republicanos asesinados bajo el dominio rojo en Madrid, fueron obra criminal y meditaba de la masonería”. (Fuente: http://cort.as/eG1k)
Pero este tipo de opiniones incendiarias no solo son objeto del pasado, en pleno siglo XXI seguimos encontrando declaraciones anti-masónicas en boca de un sinfín de personas. Uno de ellos es el Papa Francisco, que en un discurso realizado en la Basílica de María Auxiliadora (Turín) el 21 de junio de 2015, dedicó un especial apartado a los masones: “Esta región de Italia [Turín] estaba llena de masones, ‘come-curas’, anticlericales y demoniacos” – Declaración que podemos encontrar en el video siguiente.
Haz clic aquí si no puedes verlo correctamente.
Como se puede observar, existen muchas opiniones ante la pregunta ‘¿Qué es la Masonería?’, pero quizá la mayor dificultad en responderla está en que ya está mal formulada desde su inicio, ya que –como veremos más adelante- no se puede hablar de Masonería en singular, o en un sentido único. Pero, aun siendo así, ¿qué ha propiciado la visión actual de la Masonería en España? ¿Por qué en otros países su visión es positiva o por lo menos se habla de ella de forma normalizada, mientras que en España aún parece ser un tabú?
Jesús Soriano Camilo, Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del grado 33 y último del Rito Escocés Antiguo y Aceptado para España, en su conferencia “La Masonería, esa desconocida”, celebrada el 18 de marzo de 2016 en el Museo de la Historia y el Hombre de Santa Cruz de Tenerife, esclareció los motivos de este hecho, haciendo una clara diferenciación en dos grupos sociales. Por un lado se encuentran los apologistas, personas que atribuyen a la Masonería la entrada en España de la ciencia y el progreso, así como hechos históricos de gran relevancia como lo son el descubrimiento de América, o la llegada de la II República a nuestro País. En el otro extremo de la sociedad, se encuentran los detractores, que presentan a la Masonería como una secta secreta inmiscuida en constantes conspiraciones contra la Iglesia, y creador de un desorden social. Según este segundo grupo, los masones son los causantes de muchos de los males que ha sufrido –y sufre- España.
En mi opinión, a estos dos segmentos de la sociedad, que describe Jesús Soriano, debemos añadir un tercer grupo: el de los cegados. Los cegados son personas ofuscadas por las consecuencias ideológicas post-franquistas y pro-católicas que se han ido inculcando en la sociedad. Pero, ¿son estos los únicos motivos que propician la aparición de este tercer grupo? ¿Es posible que la falta de información en los Medios de Comunicación sea un legado aún latente socio-histórico post-franquista adyacente aún en nuestros días? Ésta es una de las cuestiones que conforman las que quiero dar cabida en los sucesivos capítulos, y con los que quiero y deseo arrojar un poco de luz a este paradigma de la sociedad: la Masonería, a fin de entender en su totalidad qué es, a qué se dedican, y cómo han logrado sobrevivir tras tantos años de persecución global a lo largo de la historia.
Tal y como iremos descubriendo en las sucesivas publicaciones, la masonería no es un partido político ni un sindicato, tampoco es una religión ni una secta, ni siquiera es una sociedad secreta, aunque naturalmente tenga sus secretos como cualquier otra institución. Nada tiene que ver, tampoco, con las leyendas negras con que las que en algunos países como España se han rodeado, y en donde solo con escuchar el nombre de <<masón>> (del francés maçon: persona hábil que hace o moldea algo, albañil), ya se evoca a misas negras, asesinatos de niños, cultos a Satanás, venganzas sangrientas y un gran cúmulo de fábulas que no en pocos casos han llegado a cobrar consistencia, y ser creídas por un gran número de personas hasta llegar a nuestros días.
Los masones han sido objeto de burla, de sátira, muy recurrentes en la escritura de novelas negras, de misterio, y siendo arduos protagonistas de un gran número de publicaciones literarias de gran relevancia social, así como de películas y series de televisión. Sin embargo, en la gran mayoría de las ocasiones se les presenta de una forma desvirtuada, ¿por qué? La ignorancia y desinformación que, evidentemente, ha sido fomentada y enriquecida por intereses políticos, religiosos, y en especial por ciertas ideologías necesitadas de fabricar conspiraciones y contubernios judeo-masónico-comunistas (expresión muy difundida durante los años 40 por los simpatizantes de la Falange Española) con las que tallar mentalidades y actitudes traumatizadas que a veces escapan del terreno de lo histórico para entrar de lleno en la psiquiatría. Por tanto, la Masonería no es satánica y, tal y como argumenta Jesús Soriano, “solo tiene que ver con los judíos que hemos sido perseguidos y fusilados, no tiene que ver con los comunistas, ni con la conjura universal secreta”. Continúa Soriano:
“En el Diccionario Enciclopédico de la Masonería, [obra de los catalanes Lorenzo Frau y Rosendo Arús, publicado en México en 1962], se dice que la masonería es una orden iniciática, universal, filantrópica y filosófica que procura inculcar en sus miembros el amor a la verdad, el estudio de la moral universal, de las ciencias y de las artes; desarrollar en el corazón humano los sentimientos de abnegación y caridad, la tolerancia religiosa, los deberes de la familia; tiende a extinguir los odios de raza, los antagonismos de nacionalidad, de opiniones, de creencias y de intereses, uniendo a todos los hombres por los lazos de la Solidaridad, y confiriéndoles en un tierno afecto de mutua correspondencia. Procura, en fin, mejorar la condición social del hombre, por todos los medios lícitos, y especialmente por la instrucción, el trabajo y la beneficencia. Está basada en la creencia de un ser superior al que se le denomina Gran Arquitecto del Universo [G.A.D.U.] como principio y causa de todas las cosas. Tiene por divisa Libertad, Igualdad, Fraternidad”.
Debemos entender, por tanto, que la masonería es como una sociedad en permanente evolución, y atender a que la teoría individual de cada masón siempre está encaminada a la reforma de sus sentimientos interiores, abarcando esta reforma interna dos ideas: la primera, comprende el estudio del pasado de la orden masónica para conocer la misma, atendiendo siempre a la fuente de donde ha venido –su origen-, y de las que ha resurgido una y otra vez transformada y fortalecida; la segunda, apunta hacia las reformas específicas que sufre cada miembro en su interior.
Instagram: @masoneria.canarias
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